
Un ejemplo de superación de esta enfermedad lo tenemos en la menciana Dolores Cubero. A ella, se lo detectaron en el año 2000 gracias a su insistencia tras tener dolores persistentes. Su tumor no fue detectable con la exploración física, por lo que aconseja a las mujeres que ante posibles dudas o dolores, acudan al médico.
Tras una operación, sesiones de quimioterapia, radioterapia y 10 años de medicación el tumor es sólo un mal recuerdo. “Se supera fisicamente, pero lo más difícil es hacerlo psicológicamente por el miedo a que se reproduzca” comentaba.
Por su parte, Pepe Muñoz incidía en que es fundamental hablar del tema y no encerrarse en uno mismo si se padece esta enfermedad. Precisamente, para ayudar a personas como Dolores, esta asociación pone a disposición de ellas un equipo de profesionales y voluntarios dispuestos a apoyarles, asesorarles y comprenderles. “Yo le diría a las enfermas de cáncer de mama que ánimo, que los tratamientos, aunque son duros, son muy eficientes y la mejoría llega”, resaltaba Dolores Cubero.
Este tipo de tumor es el más frecuente en las mujeres occidentales. En España, por ejemplo, se diagnostican alrededor de 22.000 nuevos casos al año. Sin embargo, gracias a los programas de detección precoz y a los avances en el diagnóstico y tratamiento cada día es mayor el número de mujeres que lo superan. Por ello, es importante que en jornadas como hoy se conciencie a la población de lo importante que es someterse a las revisiones recomendadas y acudir al especialista cuando no nos encontremos bien.
La técnica más utilizada y fiable para detectarlo es la mamografía, que consiste en una radiografía de las mamas capaz de detectar lesiones en estadios muy incipientes de la enfermedad.

La edad recomendada en la que las mujeres deben someterse a revisiones cada uno o dos años, es a partir de los 50 años, aunque si existen antecedentes familiares la edad puede ser inferior.
La AECC desarrolla además el Programa Mucho x Vivir dirigido a mujeres con cáncer de mama y que tiene como objetivos mejorar la calidad de vida de las mujeres diagnosticadas, minimizar las alteraciones emocionales, favorecer la integración social de la mujer en su entorno inmediato, orientar a la mujer en la búsqueda de recursos sociales, favorecer el asociacionismo, la autoayuda y la participación y facilitar la reincorporación al mundo laboral.