martes, 23 de noviembre de 2010

DÍA DE LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y MENORES EN DESAMPARO

El 20 de noviembre se ha conmemorado en todo el mundo el Día de los Niños y las Niñas. Es una fecha en la que se recuerda el día en el que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre los Derechos del Niño, en 1959, y la Convención sobre los Derechos del Niño, en 1989. La Convención, describe los derechos humanos básicos que tienen los niños y las niñas en cualquier parte: el derecho a sobrevivir, el derecho al pleno desarrollo; a la protección contra el peligro, el abuso y la explotación; y a participar plenamente en la vida familiar, cultural y social.
En nuestra provincia existe un colectivo que trabaja por garantizar que se cumplan estos derechos en niños que se encuentran en situación de desamparo y que por lo tanto, no pueden ser cuidados por sus familias biológicas. Nos referimos a AVAS, una asociación que tiene en marcha una campaña de acogimiento de menores en la que participan actualmente 34 familias acogiendo a 38 niños. Además, 8 de estas familias son de Doña Mencía, municipio en el que hay 9 menores en acogimiento.
Sobre esta campaña ha informado recientemente AVAS en un acto que se ha desarrollado en la Casa de la Cultura Juan Valera. Entre los datos aportados por la asociación, destaca la diferencia existente entre sistemas de adopción y de acogida, pues en los primeros se rompe todo el vínculo con la familia biológica, mientras que en los segundos sí que existe contacto con ella, normalmente a través de visitas supervisadas.
Entre los asistentes al evento, estaba María, madre de acogida de una niña desde hace 7 años. Según comentaba, ella empezó acogiendo a la pequeña de cinco años sólo los fines de semana y tras unos meses, pasó a la acogida permanente. María resalta cómo a la niña le sorprendían cosas como que toda la familia comiera junta en Navidad y aunque admite que ha habido rachas malas, resalta que la evolución general de la menor ha sido muy positiva. Por este motivo, ella anima a que si alguna familia quiere hacer un bien, acoja a un niño para ayudarlo, a él y a su familia, ya que con la acogida los padres biológicos tienen la posibilidad de mejorar su situación y recuperar a sus hijos.