La antropóloga de la Universidad de Granada Inmaculada Alemán, participó el domingo en las II Jornadas sobre Patrimonio Histórico de Doña Mencía. Ella es miembro del Laboratorio de Antropología Física que estudia los restos humanos hallados en el Castillo. Concretamente, han aparecido fragmentos de una cabeza, una mandíbula, un fémur y parte de unas vértebras. Estos restos continúan analizándose, y atendiendo a los primeros resultados, parece que proceden del neolítico medio (4000 a.c.) y que podrían ser desechos de prácticas caníbales de los primeros mencianos hasta ahora conocidos.
Tal y como comentó Inmaculada Alemán, los estudios que se están realizando permitirán conocer si los individuos a los que pertenecían los huesos tenían alguna enfermad y cual era su sexo y edad.
Los restos humanos han aparecido rotos y rodeados de tierra oscura, mezclados además con huesos de fauna y con cerámica fragmentada. Esto es lo que hace que se hable de un contexto de basurero y no de un enterramiento o cementerio.
El estrato de tierra negra está fechado en el neolítico-medio final, donde había sociedades sedentarias que domesticaban plantas y animales, y que trabajaban con objetos de cerámica para almacenar sus cultivos.
Los antropólogos de la Universidad de Granada están actualmente analizando las huellas de corte y mordeduras que hay en los restos óseos. Cuando estos estudios terminen se sabrá si eran de mordeduras de roedores, de humanos o incluso que herramienta se utilizó para desmembrar el cuerpo y acceder al hueso.
Inmaculada Alemán comentó en la Casa de la Cultura que según los primeros estudios, todo indica a que las fracturas de los huesos se produjeron entorno al momento de la muerte. Restos que además, ya muestran evidencias de haber sido cocidos.
Tenemos por tanto, huesos humanos encontrados en un contexto de basurero, mezclados con huesos de fauna, que presentan huellas de corte, que fueron cocidos y que pertenecen tanto a niños como a hombres y mujeres. Todo esto hace pensar a los especialistas en prácticas caníbales, comunes, que se daban en la época del neolítico medio. “Se comían a sus muertos, aunque no sabemos todavía con que intención”, relataba la antropóloga.
Lo que está claro y además admitió Inmaculada Sánchez, es que se presenta una oportunidad importante para conocer esta práctica. A día de hoy, el equipo liderado por el arqueólogo municipal Ángel Rodríguez continúa excavando este estrato del neolítico. Inmaculada resaltaba al respecto la importancia que tiene trabajar sobre un material que está contextualizado desde el principio. Algo que ayudará a conocer con mayor profundidad cómo eran los primeros habitantes de esta zona.