El Teatro Erisana de Lucena albergó ayer la celebración del Día de la Subbética, un evento presidido por la presidenta de la mancomunidad, Encarnación Ortiz y por el alcalde lucentino José Luis Bergillos, que contó con la presencia del delegado Provincial de Turismo, del presidente de la Diputación y de varios alcaldes y alcaldesas de la comarca.
En este acto se entregaron las medallas de oro de la Subbética que reconocen a personas y entidades que han contribuido a difundir la imagen de la comarca.En la categoría de Juventud, esta distinción fue para la Asociación Favencia de Doña Mencía, un colectivo que trabaja en el ámbito de la educación medioambiental. Antonio Camacho fue el encargado de recoger la medalla, galardón que consideró un impulso para seguir trabajando. Además, agradeció a las administraciones y entidades que subvencionan los proyectos porque gracias a ello “la Ecocasa ha dejado de ser el sueño de unos
locos para convertirse en una realidad que actualmente tiene una gran proyección comarcal y de la que ya se benefician numerosos centros educativos y asociaciones”. También tuvo palabras de agradecimiento para los voluntarios, colectivos y colegios que participan en las actividades que promueven, y muy especialmente para Jean Noel, Lorena, Oscar e Ismael: “Sois la razón de ser de la asociación, sois el presente y el fututo de esta entidad que seguro, dará mucho que hablar”.En la categoría de Cultura, la medalla se ha otorgado a Anfora Nova, de Rute; en el apartado de Sociedad a Francisco Andrés Lozano Arévalo, de Cabra; en Deportes al Club Yuma Raid, de Cabra; en la categoría de Empresas a Almacenes Yébenes SA de Priego; y en Turismo al Senderismo Nocturno, también de Priego.
En la séptima edición de los Premios de la Mancomunidad de la Subbética se nombró hijo predilecto a Rafael Álvarez el Brujo, un lucentino de nacimiento, titulado en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid que como actor ha recibido el Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert y la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Su intervención en el escenario del teatro Erisana concluyó con las siguientes palabras:“Lo que nos une es más poderoso que lo que nos separa. El valor de la cultura es la transmisión de la fuerza, de la cohesión del género humano. Estamos en un momento en el que o esto lo tomamos en serio o nos vamos todos a pique”.
