
Ismael Camacho y Oscar Tapia son de los que empezaron con la chirigota en 2005, tenían 14 años cuando se montaron en el escenario disfrazados de butaneros. Dicen que por aquel entonces admiraban, y mucho, a la otra chirigota local ya desaparecida, Los Hundis. Y tras ir de fichas del Parchís, de mimos, actuar en Lucena, Cabra, La Rambla, Jaén e incluso en el Gran Teatro de Córdoba vestidos de bailarinas de ballet han seguido una evolución constante en letras y música, componiendo su propio repertorio. No obstante, esto no está falto de esfuerzo. LLevan cuatro meses ensayando y preparando temas. Como anécdota admiten que el año pasado llegaron a esconder la llave del local donde ensayan para no salir de él hasta que tuvieran escrito el popurrí. Pero el trabajo da sus frutos y la gente que va a disfrutar con la chirigota menciana agradece su existencia y ocurrencias. Así, en los últimos años los hemos visto de vendedores de mercadillo, marcianos y hasta cenar en directo ataviados de la Santa Cena. En cuanto al disfraz de este año, como es habitual desde la chirigota no se adelanta nada. A lo que sí animan es a que todos los vecinos de Doña Mencía disfruten del Carnaval de la localidad, se tomen las letras con buen humor, se disfracen e incluso se junten entre amigos e inventen algunas canciones. Oscar e Ismael han recordado igualmente que la chirigota organizará el tradicional viaje a Cádiz el domingo 26 de febrero.
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La imagen es de la actuación de la chirigota Alaríos en el Carnaval 2011 en la Casa de la Cultura de Doña Mencía.