El mal tiempo hizo que menos vecinos acudiesen con sus mascotas, y no se vio el bullicio en la plazuela característico de ediciones anteriores. No obstante, sí que hubo lleno en la ermita del Espíritu Santo en este cuarto año consecutivo en el que niños y mayores llevaron sus mascotas a la bendición. El párroco del municipio, Don José Enrique Alcalá Zamora recordaba el viernes que San Antonio Abad es el patrono del monacato y el protector de los animales y que actos como este sirven de vía para llegar a la fe, y fomentar el trato con cariño hacia los animales.